Una suave brisa | A CORUÑA 2021

Una suave brisa

Parrote Galería
A Coruña
2021
 Contemplar una obra de Amelia Palacios es abrir una ventana, un hueco a una escena que acaricia o golpea porque se nota en el cuerpo, en sensaciones que no necesariamente se corresponden con el sentido de la vista. Pintora de elementos, en sus obras la roca es roca, el agua es agua y el aire es aire. A pesar de la ligerísima pincelada, es una brisa, materia que se palpa. O una rendija por la que colarse.

La pintura de Amelia es paisaje y sin embargo nunca me atrevo a decir de ella que es pintora paisajista, porque el paisaje es un lugar y su pintura, aún condensando la acuosa atmósfera gallega y atrapando nuestro ambiente tan cotidianamente gris y saturado de humedad, es otra cosa. Amelia es pintora de un espacio abstracto más absoluto, cósmico y primario.

O primigenio, semejante al líquido amniótico que cálidamente resplandece tamizado por la piel de la madre. Un no lugar para ser buceado antes que observado. Su pintura es aérea y dispara al vacío, es húmeda y cala templando por dentro, es envolvente y con sus veladuras arropa, es luminosa pero no deslumbra porque su luz es grande y suave.

Todo en ella es tierno y discreto pero sólido: su voz, su gesto, su presencia, su discurso, su trabajo. Con meticulosa técnica, nulo artificio y mínimo acento, que parece que tiene poderes, me ha sacado del confinamiento. En ese reencuentro con mi cuadro he iniciado mi propia desescalada, sacudida por torbellinos, zarandeada por tempestades y mecida por mares en calma. He volado al espacio, he visto luz, me he empapado de rocío y me he olvidado del techo.

         Marta Guirado 



La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de somnolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.


Lluvia, Federico García Lorca 
‘Libro de poemas’, 1921

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